viernes, 8 de julio de 2011

CUENTO "DULCE PRINCESITA"

ESTE FIN DE SEMANA OS VOY A DEJAR ESTE PRECIOSO CUENTO
DE UN GRAN POETA, ESTE ES SU PRIMER CUENTO YO ESPERO
QUE SIGAS HACIENDO ESTOS CUENTOS TAN BELLOS
ADEMAS ES UN GRAN AMIGO GRACIAS CORAZON

Había una vez una princesita llamada Dulce Princesita que vivía en un bello y lejano reino.

Esta princesita era muy alegre y jovial. Gustaba de dar paseítos en su jardín, un lindo jardín de bellas flores que parecían saludarla cada mañana, meciendo sus bellos pétalos, al son del tímido aire que a veces soplaba. Dulce princesita nunca perdía la sonrisa, corría de acá para allá con su alegre risilla.

Soleada era la mañana, cuando Dulce Princesita abrió sus lindos ojillos. Su habitación llena de peluchitos la miraban con miraditas tiernas.


-Hola señores peluches  - decía Dulce Princesita- yo he dormido muyyyyyyy bieeeen. ¿Y vosotros?


Como cada mañana se sentó en su sillita de madera junto a una mesita también de madera finamente labrada. Dulce Princesita le gustaba los pastelitos de fresa y nata que tan deliciosos estaban.


-¡Mmmmm.. fresitaaaa!. ¡Le gusta a Dulce Princesita y a su tripita! - decía jovial y dulce.


Dulce princesita  salió a su jardín, donde tantas y tantas tardes jugaba y correteaba. Un bello jardín repleto de plantas y flores. Realmente era un bello jardín. Pero esa tarde Dulce Princesita se dio cuenta, de que algo no iba bien. Las florecitas que siempre la saludaban, permanecían mudas, cabizbajas y con lagrimitas que se escurrían por los pétalos hacia la tierra. Y el señor Sol, como ella lo llamaba, no estaba esa tarde para acompañarla.


- ¡Uy!, estáis tristes florecillas - dijo la princesita. -¿Y esas lagrimitas?.

-Estamos tristes Dulce Princesita - dijeron las flores - porque don Sol no ha querido jugar con nosotras.. y estamos muy tristes.. por eso nos salen lagrimitas.

Dulce Princesita puso carita triste y pregunto: -¿Y por qué el señor Sol no quiere venir a jugar con nosotras?

-No lo se..- dijeron las flores- el otro día don Sol tenía lagrimitas y no nos decía nada.

_No se.. no se... - dijo Dulce Princesita- ¿Y si se lo pregunto? A lo mejor quiere decirme que le pasa - dijo la princesita, con una sonrisa amplia y ojillos entornados. - Yo.. ¡yo se lo preguntaré! - afirmó de nuevo mientras asentía moviendo su simpático pelito negro.  Dulce princesita era muy pequeñita y muy adorable y cuando sonreía, nada mas adorable haber podría.

- Vale vale... - dijeron las florecitas - Don Sol vive tras esa montaña - señaló una de las flores con sus pétalos.

-La.. la la laaaa.. voy a ver al señor Sol... a ver a ver.. que le duele en el corazón...la la la laaa..


Así canturreando, Dulce Princesita marchó dando cortos saltitos camino hacia la montaña, donde el señor Sol se escondía cada noche para descansar. Con cada saltito su lindo vestidito de princesita, se movía en dulce vaivén.

En el camino rodeado de grandes arbolitos y hierba, divisó un pequeño caracol, que marchaba por el camino, a toda velocidad. A toda velocidad que podía darle su concha. Es pues que apenas levantaba polvo en el camino.
Dulce princesita se acercó al caracol:


- ¡hola señor caracol! - dijo con voz súbita y alegre-. ¿Dónde va usted tan deprisa? - ojillos entornados y sonrisa dulce en el dulce rostro de Dulce Princesita.

- Llevo muuuuucha prisa ¡uf uf!- decía el señor caracol con deslizar apresurado sobre el camino - tengo que ver al Sol.

-Yo también voy a ver al señor Sol. Es que las florecitas de mi jardincito se pusieron tristes y yo quiero que sonrían y que muevan sus petalitos y que cantemos cancioncitas alegres y yo jugar con ellas todo el día - decía la princesita con esa bella sonrisa que jamás la abandonaba.

- Yo necesito que el Sol salga por las mañanas, porque si no, las plantitas no hacen hojas, y si no hacen hojas me da hambre y si me da hambre .. pues... ¿que lio verdad?- decía el caracol con ojos abiertos y gesto preocupante.

- Así que hacia la montaña voy. - dijo el señor caracol reanudando de nuevo su rápida marcha.

-¿Y si vamos juntitos señor caracol? - añadió Dulce Princesita—Así podemos ir los dos juntitos.

-Bueeeeno.. no veo porqué no - dijo el señor caracol pensativo - pero tendrás que ir a mi rápido ritmo.

-¡Vale! - asintió la princesita con carita dulce y linda. Y echó a andar detrás del acelerado caracol.


Así ambos continuaron su camino. Un caracol que corría y una princesita que lo seguía sonriente, con pasitos cortos y saltitos adorables.

Finalmente, el señor caracol y Dulce Princesita, llegaron a la montaña donde oculto estaba el Sol. Un Sol ahora apagado y triste que apenas se dio cuenta de que una princesita y un caracol le observaban.


- ¿Quienes sois vosotros? ¿qué hacéis aquí? - pregunto triste y desolado el Sol.

- ¡¡Yo soy Dulce Princesita y me gusta los pastelitos de fresa y nata!! -dijo enérgica y sonriente.

- Yo soy un caracol de carreras - dijo en tono orgulloso y solemne - hemos venido a ver que te pasa Sol.

- ¡¡Si si, eso eso!!. Es que hoy esta tarde, he salido a jugar con las florecitas y no estabas. Y a mi me gusta mucho las florecitas y a las florecitas les gusta tu lucecita - dijo la princesita, refiriéndose a la majestuosa luz del Sol, que bañaba día y tarde, el lejano y bello reino.


El Sol echó una mirada larga a los dos y suspiró. Un largo suspiro, que se escuchó en toda la montaña.

-Estoy triste porque apenas puedo ver a mi amiga la Luna - dijo con tono apenado. - Siempre intento verla pero, cuando yo me despierto, ella se ha ido y nunca, nunca puedo entontrarla. ¡Y me gustaría tanto.. tanto poder verla! - dijo el Sol y rompió a llorar.

Caracol y princesita miraban como el majestuoso Sol se derrumbaba.


 - Señor caracol - dijo- ¿qué podemos hacer? Me da mucha penita que el señor Sol tenga lagrimitas y no pueda ver a su amiguita la Luna. ¿Qué podemos hacer?.... joooo... - dijo Dulce princesita esta vez, con la carita tristona y preocupada.

El caracol pensaba y pensaba. Sus ojos iban de arriba a abajo pensando y pensando que podría hacer. El Sol seguía llorando.


-¡Eureka!- exclamó el señor caracol.- Se de alguien que nos podría ayudar, además: me debe un favor ¡jejeje!.

El caracol se acordó y dijo - Espérame aquí Dulce Princesita, voy a toda velocidad a hablar con un amigo que nos podrá ayudar- dijo el caracol y quiso marchar a toda velocidad.

-Pero.. señor caracol.... ¿no cree que está ya muy cansado de correr? - dijo Dulce Princesita  con el gesto sonriente, sabiendo del lento marchar del caracol- ¿Y si voy con usted y me dice donde encontrar a su amiguito? Así usted podría descansar y yo le acompañaría.

-Bueeeeno.... bien pensado.... Si. ¡Tengo que reservar mis fuerzas para las carreras importantes! - dijo airoso el  señor caracol.- Te dejaré que me lleves.

-¡Bieeeeeeeeeeeeeeeeeeeen! - dijo Dulce Princesita y tomando entre las manos suavemente al caracol y una sonrisa como joya prendida, marchó dando rápidos pasitos con sus cortas piernecitas y pequeños piececitos, hacia donde estaba el amigo del señor caracol.

Mientras... el Sol.. les observaba alejarse y volvió a llorar. - ¡¡Luna!.. mi amiga Luna!!!  - dijo con voz triste.


El señor caracol y Dulce Princesita marcharon a toda prisa buscando al amiguito del señor caracol.
- ¡Corre más rápido princesita! ¡Es por aquí , por aquí! ¡uf uf! - decía el caracol, como si fuera él mismo quien  estaba corriendo.

-¡Siiiiiiiiiiiiiiiii! - decía Dulce Princesita que además de correr, lo hacía dando saltitos, como solo ella podía hacer.


Finalmente, llegaron a una granja. En ella habían muuuuchos animalitos. Patitos, cerditos, vaquitas, gallinitas, caballitos y... un gallo.

Este gallo se llamaba Tomasín. Era un gallo orgulloso. Sabía que tenía la enorme responsabilidad, de marcar el inicio del nuevo día en la granja. Su trabajo pues era muy importante.


-¡Hey señor caracol!- dijo el gallo Tomasín al ver como se acercaba él y Dulce Princesita.- ¡Cuanto tiempo sin verte! ¿qué haces por aquí en la granja? ¡Pensaba que ya solo hacías carreras!. Y... ¿quien ese esa amiguita? - dijo el gallo Tomasin, ladeando la cabeza mientras miraba curioso a la princesita.

- ¡Yo soy Dulce Princesita!. ¡Y me gusta los pastelitos de fresa con nata!. ¡Y las florecitas y el señor caracol!. ¡Y también el señor Sol! - dijo sonriente.- pero ahora... el señor Sol está triste- añadió mientras su carita se puso tristona.

- ¡Vaya por dios! - exclamó el gallo Tomasín. Ya decía yo que faltaba algo. No es normal que ya sea de noche. Y.. - prosiguió el gallo- ¿por qué no quiere salir el Sol?.

- Es que está triste porque no puede ver a su amiguita la Luna y dice que le gustaría verla- dijo Dulce Princesita mirando a los ojos del orgulloso gallo.

-Bueeeno. Yo le digo al Sol cuando puede salir ya que le despierto con mi canto. ¡Kikiriki! Y siempre canto a la misma hora. ¡Ni antes ni después! Así es mi gran trabajo - Sentenció el gallo Tomasin agitando sus plumas y moviendo majestuoso las patas.


El señor caracol se quedó mirándole y dijo:

-¿Y si cantarás un poco antes, para que el Sol se despertara y pudiera ver a su amiga la Luna?
-¡¡Imposible!!- Sentenció el gallo-  ¡Ni antes ni después! ¡Jamás! El Sol saldrá a su hora ¡y nada más!.


Entonces, el caracol quiso descender y Dulce Princesita lo posó suavemente en tierra. Acto seguido, se acercó al gallo mientras que con una mirada traviesa le dijo:


-¿Recuerdas aquella vez, en la otra granja, cuando el humano quiso comerte? - dijo el caracol- ¿Recuerdas que cuando cogió el afilado cuchillo yo estaba encima del mismo y que el humano, al quedarse sorprendido de verme, no se dio cuenta de que te marchaste?. ¿Acaso ya no lo recuerdas?- dijo ahora el caracol con voz seria - De no ser por mí, ahora estarías en la tripa de ese humano malvado.


El gallo Tomasin reflejó sorpresa y recuerdo con ojos y pico abiertos.

-¡Tienes razón! De no ser por ti, ahora no podría cacarear y pasear mis plumas majestuosas y ser el rey de esta granja - dijo Tomasin. Y finalmente entrando en razón dijo: - está bien te debo un favor. ¿Qué puedo hacer para devolvértelo?

-Quiero que despiertes al Sol antes de la hora, para que así pueda ver a su amiguita la Luna.

-Eso es algo.... algo.....  - dijo el gallo Tomasin con duda - .. algo... bueno.. vale. Lo haré pero.. - añadió- no podré hacerlo muchas veces. En realidad muy poquitas. Pero lo haré. ¿Vale?.

-¡¡Bieeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeen bieeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeen!!. ¡¡¡El señor Soooooooooooooooool podrá ver a su amiguita!!! ¡¡Yupiii!! ¡¡Wiiiiii!! - dijo Dulce Princesita con saltitos adorables y adorable sonrisita.

Y así fue como Dulce Princesita y el señor caracol, convencieron al gallo Tomasín, de que en ocasiones, cantara antes de la hora de siempre. Así de este modo, el Sol pudo ver en algunas veces a su amiga la Luna. Y así de nuevo, el Sol volvió a iluminar radiante, el lejano y bello reino de Dulce Princesita, que volvía a jugar alegre de nuevo, con alegres flores, vestida como siempre, con su vestidito de princesa y su linda y bella sonrisa.

FIN

AUTOR: Trovando Al Vacio
http://trovando-alvacio.blogspot.com/

13 comentarios:

brujilla dijo...

Muy bonita la historia...Yo la había leído antes, de otra forma..Pero su contenido es el mismo..Alguién dijo una vez:: que la luna y el sol, son los eternos enamorados, esos amores que no se olvidan.....
Gracias por pasar por mi mundo, y puedes recoger los regalos..
besos de brujilla

Anónimo dijo...

Tu historia es fantastica, la luna y el sol dos polos opuestos ya que la luna nunca tendra al sol Me alegro muchísimo de haber entrado en tu blog. Es un placer leerte ya que nos acerca un poco más a una gran realidad y ese devenir cotidiano Muchas gracias.
Desde Jaén un abrazo y feliz semana

Unknown dijo...

Dios mio ¡que preciosidad¡.Es a la vez dulce,sereno,real y maravilloso,invita a hacer el bien por que despues lo recibes,invita a creer en los demas por que te ayudan.Me ha encantado.Besos de luz dulce amiga.

Candela dijo...

Bonita historia Luna.
Un abrazo de Candela

Princesa115 dijo...

Hola lunita
Es una historia preciosa, ya sabes que dicen que el sol y la luna están enamorados y que la luna llora porque no puede ver a su amado el sol, éste fuerte y poderoso. Por eso existe el eclipse para que ambos puedan estar juntos.
Ayyyy Lunita!!!!
Es como la vida misma, los enamorados que no pueden estar juntos.

Un beso muyyyyyyyy grande y muchos abrazos

Luján Fraix dijo...

HOLA LUNA
HERMOSO CUENTO, YO TAMBIÉN CREO HABERLO LEÍDO.
ME ENCANTAN LOS CUENTOS INFANTILES, YO TAMBIÉN ESCRIBO PARA LOS NIÑOS.
EN MI BLOG INFANTIL PUBLICO POEMAS Y RELATOS.

TE DEJO UN BESO ENORME
CARIÑOS

Nortiz dijo...

¡¡Mis aplausos a Trovando!! =)
Qué bonito le quedó el cuento y qué largo. Se lo leeré a mi primita cuando crezca y lo pueda entender :)
Además, lo ha pensado muy bien yendo a buscar al gallo y todo. Muy angelical y dulce, sin duda.
Un beso, Luna. Gracias por compartirlo ^^

L. Gispert dijo...

Encantadora historia Luna, para avivar la belleza en este domingo luminoso.

Un beso,

Luis.

manuel fernando dijo...

Hola mi buena amiga, pasé por aquí por tú hermoso espacio para saludarte y también agradecerte tus bonitos comentarios que siempre me dejas cuando me visitas. Precioso y hermoso cuento, gracias por compartir. Que pases un feliz día de domingo y también un buen comienzo de semana lleno de sensaciones positivas. Un beso desde la distancia de un amigo.

Arwen dijo...

Muy dulce cuento...es precioso...lleno de amor...felicidades al autor...besitos luna

Luján Fraix dijo...

GRACIAS LUNA POR PASAR A VISITARME, TE DEJO UN BESO ENORME, AMIGA.
CARIÑOS MILES DE LUJAN

Gladys dijo...

Un cuento preciosa amiga muy tierno y dulce bellisimo me gusto mucho.
Besitos cuídate.

sueños de luna dijo...

LIndisimo cuento.. me encanto y ya sabes que siempre se ha dicho que el sol y la luna estan enamorados...
un abrazo^^